20 de Julio Día del Cacique "LEMPIRA"

EL CACIQUE LEMPIRA

Cuando los españoles incurcionaban en las tierras Hondureñas en son de conquista, en la zona montañoza de occidente, en el macizo Congolón, un indio de mirada altiva de gesto noble y actitud aguerrida les puso resistencia ante la cual solo la traición rastrera pudo doblegar con la muerte aquel héroe legendario, símbolo ahora de nuestra autonomía, valor patriótico y defensa de nuestros valores eternos.
LEMPIRA EL SEÑOR DE NUESTRAS MONTAÑAS, había entonces hecho paz con otras tribus enemigas, y en una cruzada santa de unión y armonía, buscaba defender la tierra nativa, contestando con un rotundo no, a la propuesta de paz de los españoles, diciendoles: la guerra no cansará a mis soldados, el que más pueda vencerá. Solo una artimaña propia de un conquistador despiadado e incapáz logró doblegar aquel recio varón que era vástago fiel de la indomable raza que sustentó la sabia de esta tierra.

Con la muerte de Lempira, nuestros aborígenes se rindieron y con ello se consumó la conquista y colonización de Honduras por los hispanos; fuimos súbditos de España más de trecientos años , para luego lograr nuestra emancipación política el 15 de Septiembre de mil ochocientos veintiuno.

Lempira mártir consagrado por la inmortalidad se yergue en su atalaya de su Coyocutema, para darnos ejemplo de valor hidalgo, de lucha tesonera en procura del bien común, pidiéndonos fe en el porvenir, reciedumbre en la lucha, idealismo en los actos por la cultura y el proceso de nuestra nacionalidad.

Po esta vida de sacrificio, de lucha sincera, humana y función patriótica, es que el pueblo hondureño, con fervor manifiesta su reconocimiento y gratitud al símbolo de autonomía, cada 20 de Julio, y en su honor, en centros educativos e instituciones culturales, hay celebraciones para reverencia como recuerdo y ejemplo de juventud.

HIMNO A LEMPIRA

CORO
Hondureños en épica lira
y en estrofa de magno fulgor
entonemos un himno a Lempira,
al patriota de heróico valor.



SOLO
Gran cuadillo de huestes bravías
nuestros valles y agrestes montañas
contemplaron sus rudas hazañas
por ser libre por siempre luchó.
Semidios en su afán libertario,
él fué grande con todo grandeza,
él fué puro puro con toda pureza,
y a la patria su vida ofrendó.



SOLO
Invencible, sobervio, grandioso
de alma audaz y de cuerpo de acero
para herir al terrible guerrero
fué precisa la odiosa traición.
Y sin lucha valiente y sin gloria
al caudillo por fín derribaron;
más los Andes nevosos temblaron
al caer en el gran Congolón.


Letra: Luis Andrés Zúniga
Música: R. F. Díaz Zelaya.